El uso de plantas y microorganismos para abordar los desafíos ambientales es un campo fascinante para quienes se interesan por la ecología, los ecosistemas y la restauración de la naturaleza. Este proceso, conocido como biorremediación, emplea plantas, bacterias u hongos para purificar el aire, el suelo o el agua contaminados. Diversos procesos naturales pueden aprovecharse para remediar los daños causados por las actividades humanas.

Todos sabemos que el desarrollo humano a menudo tiene un costo para el medio ambiente. Muchos paisajes y ecosistemas se han visto gravemente degradados por la actividad humana y contaminados por la industria y la mala gestión de residuos. Pero la buena noticia es que las técnicas de biorremediación pueden utilizarse para eliminar o reducir los contaminantes y reparar ecosistemas ya dañados.
A continuación se presentan algunos ejemplos de biorremediación que sirven como ilustraciones de lo que se puede hacer.
Purificando el Aire. La captura biológica de carbono es una vía prometedora. El proyecto de captura de carbono de Algoland, por ejemplo, utiliza la fotosíntesis para la captura de carbono a escala industrial. Se exploran las microalgas como biofábricas para el secuestro de CO2 y la producción de biocombustibles renovables, alimentos y diversos productos valiosos. En la central eléctrica de Drax, en el Reino Unido, se están realizando esfuerzos para transformar el CO2 en alimento para peces. También se está estudiando el potencial de las algas marinas para el secuestro de carbono.

La biorremediación se extiende al uso de microorganismos para eliminar otros contaminantes atmosféricos. La biofiltración ha sustituido la depuración química en numerosas fábricas para eliminar compuestos orgánicos volátiles de las emisiones industriales. Los procesos enzimáticos se emplean en los sistemas industriales para reducir los contaminantes nocivos. Además, los musgos son eficaces para medir la contaminación atmosférica, y algunas especies pueden acumular metales pesados incluso mejor que los árboles. La plantación de árboles y el uso de filtros de musgo, como el "City Tree", son eficaces para compensar los equivalentes de CO2 y eliminar otras sustancias nocivas del aire urbano.
Limpieza del agua
La biorremediación con microorganismos se utiliza cada vez más para descontaminar aguas contaminadas mediante biorreactores. El suelo y las aguas subterráneas pueden descontaminarse con técnicas de biorremediación in situ que utilizan bacterias, hongos, nematodos y protozoos. La filtración por cañaverales y los sistemas de humedales artificiales, junto con las cunetas con vegetación y la gestión del paisaje hidrológico, ayudan a prevenir la contaminación de los ecosistemas circundantes. La fitorremediación con plantas desempeña un papel crucial.

Limpieza del suelo
Ciertos hongos, utilizados en la restauración de ecosistemas y la biorremediación, se conocen como micorremediación. Se pueden cultivar plantas hiperacumuladoras en sitios contaminados (fitorremediación) para extraer metales pesados y otros contaminantes del suelo.

La naturaleza nos ofrece una gran cantidad de soluciones para reparar el daño ambiental causado por la actividad humana. Si bien aún queda mucho trabajo por delante, las soluciones biológicas ofrecen esperanza para limpiar el desastre que hemos creado.
Sin embargo, es fundamental centrarse en evitar el daño ambiental desde el principio mediante la reducción de las emisiones y la contaminación. En la transición hacia un futuro sin emisiones de carbono, las soluciones biológicas pueden ser una parte valiosa de la solución.
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